Mis construcciones favoritas del mundo
En el planeta hay varias construcciones que me gustan mucho, ya sea por su grandilocuencia, utilidad o belleza.
Uno de ellos es el :
1) Flatiron (Daniel Burnham y John Wellborn)
Mi rascacielos y construcción preferida.
Las cosas que me llamaron la atención son su fachada de piedra caliza al estilo griego clásico y su forma triangular que al posicionarse en una cierta ubicación se puede apreciar como una gran muralla de 87 metros de altura.
El Flatiron es un edificio ubicado New York en una manzana
triangular, limitada al sur por la calle 22, al oeste por la quinta
avenida y al este por Broadway. Fue Construido en 1902 por Daniel H.
Burnham, arquitecto de la escuela de Chicago.
Originalmente se le llamó Edificio Fuller, pero con
el tiempo se impuso el apodo con el cual siempre fue denominado, Edificio
Flatiron, haciendo referencia a su planta en forma de cuña, que recuerda la
forma de una plancha doméstica de la época.
La estructura de este edificio es de vigas de acero para
el esqueleto y albañearía de hormigón.
Los neoyorquinos prestaron un inmediato interés al
edificio, haciendo apuestas sobre cuán lejos llegarían los escombros cuando el
viento lo derribara.
Las cosas que me llamaron la atención son su fachada de
piedra caliza al estilo griego clásico y su forma triangular que al posicionarse
en una cierta ubicación se puede apreciar como una gran muralla de 87 metros de
altura.
Dos curiosidades de este edificio son que su parte mas estrecha mide tan solo 1,8 metros y el piso número 21 se añadió más tarde, una vez acabada la construcción. Así que para llegar a lo más alto de este edificio hay que cambiar de ascensor en la planta 20.
Información
La reserva biológica Huilo Huilo también tiene a una de mis construcciones favoritas, hecho por artesanos de la zona y sin grandes carteles esta el Hotel Montaña Mágica.
2) Hotel Montaña Magica (Artesanos de la zona)
La reserva biológica Huilo Huilo también tiene a una de mis construcciones favoritas, hecho por artesanos de la zona y sin grandes carteles esta el Hotel Montaña Mágica.
Esta construcción esta dentro de mis favoritas por que la he visto en varias oportunidades en persona y siempre quedo con la boca abierta, transmite una paz y tranquilidad espectacular. El manejo de la luz en el hotel hace que te sientas en modo Sen siempre.
Ademas de este hotel, la Reserva Biológica Huilo Huilo tiene mas hoteles que se conectan por un sendero que es un recorrido arquitectónico fenomenal.
Hotel Nothofagus: Reserva Biológica Huilo Huilo
Un dato que me llama mucho la atención de esta pirámide es que contiene
una pirámide invertida a nivel subterráneo.
Una gran construcción de principios de la era de cristo, que paso de ser una Catedral Ortodoxa Griega a una Catedral Católica luego a una Mesquita Musulmana y hoy un gran museo para el mundo.
3) Tapei 101 (C.Y Lee)
La tercera construcción de este listado es El Tapei 101, es un rascacielos de 106 plantas con una altura total de 508 metros localizado
en el Distrito Xinyi de Taipéi, en Taiwán. Construido desde 1999 al 2004, fue el rascacielos mas alto del mundo por 7 años.
La empresa
conjunta KTRT formada por Kumagai Gumi, Taiwan Kumagai, RSEA Engineering y
Ta-You-Wei Construction, fue el contratista principal de la primera fase de la
construcción, mientras que la compañía seleccionada para la segunda fase de las
obras fue Samsung Engineering & Construction.
Taipei 101
recibió la certificación LEED-EBOM Platinum (Liderazgo en Energía y Diseño
Ambiental para Edificios Existentes: Operaciones y Mantenimiento) en 2011,
siendo actualmente el edificio más alto en obtenerla. Además, el rascacielos
también obtuvo el premio Guinness World Records por contar con los ascensores
más rápidos del mundo.
La torre Taipei
101, construida sobre un terreno de 30.277 m², cuenta con una estructura
dividida en 8 segmentos de 8 pisos (el número de la suerte chino) desde el
podio, compuesta por un total de 5 pisos subterráneos y 101 por encima del
nivel del suelo. Toda la estructura se asemeja a un bambú que crece en altura,
simbolizando el progreso ascendente y la fortaleza eterna de la cultura china.
El Taipei 101
utiliza un sistema amortiguador de masa pasivo adaptativo para proteger al
edificio de gran altura contra las vibraciones ocasionadas por el viento. Se
trata de un bloque de masa con forma de esfera de un diámetro de 5,5 metros y
un peso de 660 toneladas que se localiza desde el nivel 87 al 92, considerado
el mayor amortiguador de masa adaptativo en su clase del mundo, el cual se
compone de 41 placas de acero de 12,5 centímetros soldadas entre sí.
Esta es una de las parte que me llaman la atención de la construcción la esfera de acero que sirve de amortiguador para las vibraciones del viento.
Entre las
destacadas características sostenibles del edificio a parte del sistema
amortiguador de vibraciones del viento, también se incluyen un novedoso sistema
de fachada que está diseñado para resistir desplazamientos laterales sísmicos y
para bloquear el calor externo en un 50 por ciento mientras que proporciona
protección ultravioleta.
El edificio
también cuenta con el Sistema de Control y Gestión de Energía (EMCS, por sus
siglas en inglés) para minimizar el consumo de energía. De hecho, Taipei 101 se
enorgullece de poseer un consumo energético un 30% inferior al de un edificio
promedio, ahorrando 2.995 toneladas de emisiones de CO2 al año.
Este edificio tiene un sin fin de cosas que me gustan desde su fachada que tiene algo característico de la cultura oriental, su altura es otra de sus caracteristicas que me impresiona y como lo dije anteriormente, la enorme esfera dentro del edificio que sirve para amortiguar las vibraciones que produce el viento.
En el global, es un edificio espectacular con una altura que impresiona y aterroriza, una fachada que tiene algo que caracteriza la cultura oriental, vez la fachada y sabes que es de oriente. La sustentabilidad es algo bueno que tiene este edificio, que creo que es donde tiene que ir la arquitectura moderna.
4) Pirámide del Museo de Louvre
Evitar las
largas colas para acceder al Museo de Louvre, fue el objetivo para construir
esta pirámide de vidrio y aluminio.
Fue diseñada
por el arquitecto chino Ieoh Ming Pei, que formo un bello contraste entre la
modernidad del cristal y el clasicismo del museo. Está situada en el patio que
da acceso al edificio.
La obra tiene 673
paneles de vidrio laminado transparente divididos en 603 rombos y 70 triángulos
en sus paredes con 51° de inclinación, por lo que
mantiene las mismas proporciones que la Gran Pirámide de Guiza. Su altura es de 20,6 metros y su peso
total es de 180 toneladas.
Su inauguración
fue en 1989 por el presidente François Mitterrand.
Lo mejor y lo
que más me gusta de esta pirámide, son los mitos que tiene como decir que en
vez de tener 673 placas de vidrio tiene 666, que es la cifra del demonio y de
la bestia en el Apocalipsis. Que según el Código Da Vinci está enterrada María
Magdalena en su interior. Y cosas aún más absurdas.
El
texto de El Código da Vinci dice así en sus dos últimas páginas:
“Ahora,
avanzando a toda prisa por la Rué de Rivoli, Langdon sentía que su destino
estaba cerca. A menos de una travesía.
Bajo
la antigua Roslin el Grial con impaciencia espera tu llegada.
Las revelaciones parecían sucederse las unas a las otras. La manera antigua de
escribir Rosslyn… la espada y el cáliz… la tumba adornada por artes de
maestros.
«¿Era por eso por lo que Saunière tenía que hablar conmigo? ¿Había adivinado yo
la verdad sin saberlo?»
Empezó a correr, sintiendo que la Línea Rosa bajo sus pies le guiaba, le
empujaba hacia su destino. Al entrar en el largo túnel del Passage Richelieu,
el vello de la nuca empezó a erizársele de la emoción anticipada. Sabía que al
final de ese túnel se encontraba el monumento más misterioso de París,
concebido y encargado en la década de 1980 por la esfinge en persona, Francois
Mitterrand, un hombre del que se rumoreaba que se movía en círculos secretos,
un hombre cuyo legado final a París había sido un lugar que Langdon había
visitado hacía sólo unos días.
«En otra vida.»
Con un esfuerzo final, Langdon salió del pasaje, llegó a una explanada que le
resultaba familiar y se detuvo. Sin aliento, levantó la vista muy despacio, con
cautela, intentando abarcar la brillante estructura que tenía delante.
«La Pirámide del Louvre.»” Iluminada en la
oscuridad. La admiró sólo un instante. Estaba más interesado en lo que le
quedaba a la derecha. Se volvió y notó que una vez más los pies se le movían
solos por el camino invisible de la antigua Línea Rosa y lo llevaban hacia el
Carrousel du Louvre —el enorme círculo de césped rodeado en su perímetro por
unos setos bien cortados—, en otro tiempo escenario de primitivas fiestas de
culto a la naturaleza… alegres ritos de celebración de la fertilidad y la
diosa.
Al meterse entre los setos y acceder a la zona de césped, Langdon se sintió
como si estuviera entrando en otro mundo. Aquel suelo horadado estaba rematado
en la actualidad por uno de los monumentos más atípicos de la ciudad.
En el centro, hundiéndose en la tierra como un abismo de cristal, se encontraba
la pirámide invertida que había visto hacía unos días al entrar en el la zona
subterránea del Louvre.
«La Pyramide Inversée.»
Tembloroso, se fue hasta el borde y contempló el museo que se extendía a sus
pies, iluminado por una luz dorada. No sólo se fijaba en la impresionante
pirámide invertida, sino en lo que había justo debajo. Ahí, en el suelo de la
sala se veía una estructura minúscula, una estructura que Langdon mencionaba en
su texto.
La posibilidad de que aquello pudiera ser cierto lo mantenía plenamente
despierto. Volvió a alzar la vista y contempló el museo y notó que sus enormes
alas lo rodeaban… aquellos pasillos llenos de las mejores obras de arte…
Leonardo da Vinci, Boticcelli…
Adornada por artes de maestros, ella reposa al fin en su morada.
Maravillado, miró hacia abajo una vez más a través del cristal y vio la
diminuta estructura.
«¡Tengo que bajar como sea!»
Salió de allí y cruzó la explanada en dirección a la pirámide que hacía las
veces de entrada al museo. Los últimos visitantes de aquel día ya iban
saliendo.
Empujó la puerta giratoria y bajó por la escalera circular. Notaba que el aire
se iba haciendo más fresco. Al llegar abajo, entró en un largo túnel que, bajo
el patio del Louvre, llegaba a La Pyramide Inversée.
Al
otro lado del túnel había una sala grande. Delante de él, colgando desde las
alturas, estaba la pirámide invertida, un asombroso perfil triangular hecho de
cristal.
«El
cáliz.»
Los
ojos de Langdon siguieron su forma decreciente desde la base hasta la punta,
suspendida más de dos metros por encima del suelo. Y ahí, justo debajo de ella,
se encontraba la diminuta estructura.
Una
pirámide en miniatura. De apenas un metro de alto. La única cosa en aquel
inmenso complejo que se había hecho a pequeña escala.
El
ensayo de Langdon, además de tratar sobre la colección artística dedicada a la
diosa que albergaba el museo, hacía un breve comentario sobre aquella discreta
pirámide.
«Esa
estructura en miniatura sobresale del suelo como si fuera la punta de un
iceberg, el ápice de una enorme sala piramidal sumergida debajo como una cámara
oculta.»
Iluminadas
con la luz tenue de aquel sótano desierto, las dos pirámides se apuntaban la
una a la otra, y sus puntas casi se tocaban.
«El
cáliz encima. La espada debajo.»
Custodios
y guardianes de sus puertas serán por siempre el cáliz y la espada.
Langdon
oyó las palabras de Marie Chauvel. «Un día lo entenderás.»
Estaba
ahí de pie, bajo la antigua Línea Rosa, rodeado de «artes de maestros». «¿Qué
mejor lugar que aquel para que Saunière pudiera estar siempre vigilante?»
Ahora, al fin, le parecía que entendía el verdadero significado de los versos
del Gran Maestre. Alzando los ojos al cielo, miró a través del cristal. La
noche estaba cuajada de estrellas.
Y
el manto que la cubre en su descanso no es otro que la bóveda estrellada.
Como
los murmullos de los espíritus en la oscuridad, resonaron unas palabras
olvidadas.
«La
búsqueda del Grial es literalmente el intento de arrodillarse ante los huesos
de María Magdalena. Un viaje para orar a los pies de la descastada, de la
divinidad femenina perdida.»
Con
repentina emoción, Robert Langdon cayó postrado de rodillas.
Por
un momento le pareció oír la voz de una mujer… la sabiduría de los Tiempos… que
susurraba desde los abismos más profundos de la tierra".
FIN.
Las revelaciones parecían sucederse las unas a las otras. La manera antigua de escribir Rosslyn… la espada y el cáliz… la tumba adornada por artes de maestros.
«¿Era por eso por lo que Saunière tenía que hablar conmigo? ¿Había adivinado yo la verdad sin saberlo?»
Empezó a correr, sintiendo que la Línea Rosa bajo sus pies le guiaba, le empujaba hacia su destino. Al entrar en el largo túnel del Passage Richelieu, el vello de la nuca empezó a erizársele de la emoción anticipada. Sabía que al final de ese túnel se encontraba el monumento más misterioso de París, concebido y encargado en la década de 1980 por la esfinge en persona, Francois Mitterrand, un hombre del que se rumoreaba que se movía en círculos secretos, un hombre cuyo legado final a París había sido un lugar que Langdon había visitado hacía sólo unos días.
«En otra vida.»
Con un esfuerzo final, Langdon salió del pasaje, llegó a una explanada que le resultaba familiar y se detuvo. Sin aliento, levantó la vista muy despacio, con cautela, intentando abarcar la brillante estructura que tenía delante.
«La Pirámide del Louvre.»” Iluminada en la oscuridad. La admiró sólo un instante. Estaba más interesado en lo que le quedaba a la derecha. Se volvió y notó que una vez más los pies se le movían solos por el camino invisible de la antigua Línea Rosa y lo llevaban hacia el Carrousel du Louvre —el enorme círculo de césped rodeado en su perímetro por unos setos bien cortados—, en otro tiempo escenario de primitivas fiestas de culto a la naturaleza… alegres ritos de celebración de la fertilidad y la diosa.
Al meterse entre los setos y acceder a la zona de césped, Langdon se sintió como si estuviera entrando en otro mundo. Aquel suelo horadado estaba rematado en la actualidad por uno de los monumentos más atípicos de la ciudad.
En el centro, hundiéndose en la tierra como un abismo de cristal, se encontraba la pirámide invertida que había visto hacía unos días al entrar en el la zona subterránea del Louvre.
«La Pyramide Inversée.»
Tembloroso, se fue hasta el borde y contempló el museo que se extendía a sus pies, iluminado por una luz dorada. No sólo se fijaba en la impresionante pirámide invertida, sino en lo que había justo debajo. Ahí, en el suelo de la sala se veía una estructura minúscula, una estructura que Langdon mencionaba en su texto.
La posibilidad de que aquello pudiera ser cierto lo mantenía plenamente despierto. Volvió a alzar la vista y contempló el museo y notó que sus enormes alas lo rodeaban… aquellos pasillos llenos de las mejores obras de arte…
Leonardo da Vinci, Boticcelli…
Adornada por artes de maestros, ella reposa al fin en su morada.
Maravillado, miró hacia abajo una vez más a través del cristal y vio la diminuta estructura.
«¡Tengo que bajar como sea!»
Salió de allí y cruzó la explanada en dirección a la pirámide que hacía las veces de entrada al museo. Los últimos visitantes de aquel día ya iban saliendo.
Empujó la puerta giratoria y bajó por la escalera circular. Notaba que el aire se iba haciendo más fresco. Al llegar abajo, entró en un largo túnel que, bajo el patio del Louvre, llegaba a La Pyramide Inversée.
5) Basílica Santa Sofia (Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto)
Construida por
el emperador Justantino I en el siglo VI d.c, esta construcción me llama la atención
por su rica historia y su bello interior que corona con una gran cúpula.
Con un ancho de
73 metros y una altura de 55m, está considerada como el epítome de la
arquitectura bizantina, y se dice de ella que “cambió la historia de la
arquitectura”. Fue la catedral con mayor superficie del mundo durante casi mil
años.
El material que
se utilizó en esta obra fue ladrillo, piedra y hormigón en los muros y
materiales nobles en los revestimientos interiores como mosaicos en los muros y
mármoles de diversos colores en columnas y pavimento. En las cubiertas
materiales livianos como ánforas, tejas o ladrillo para que el peso sea más ligero.
El muro, es muy grueso, porque así lo
exige la estructura, pero no lo parece gracias al empleo de la luz – se presenta
en perforados de ventanas-, y también el color, aportando por los mármoles y
mosaicos.
La fotografía
corresponde al espacio central del interior del templo cubierto con cúpula,
también aparecen galerías laterales separadas de la parte central por columnas
y arcos.La planta es
casi cuadrada, rematada en ábside.
En el interior la
obra se divide en tres naves longitudinales; la central, más ancha, está
separada de las laterales por columnas y gruesos pilares, destaca el espacio
central casi cuadrado rematado por una cúpula con pechinas, y con cuatro
exedras angulares. El edificio propiamente dicho va precedido, en los pies, de
un atrio y doble vestíbulo.
Una gran construcción de principios de la era de cristo, que paso de ser una Catedral Ortodoxa Griega a una Catedral Católica luego a una Mesquita Musulmana y hoy un gran museo para el mundo.
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