Velas
¿CÓMO FUNCIONAN LAS VELAS DE UN BARCO?
El barco para moverse utiliza la energía del viento con la
que crea una fuerza de propulsión. En rumbo de ceñida los veleros modernos
pueden navegar contra el viento, pudiendo llegar en ocasiones a ser más rápidos
que el propio viento.
El viento circula entrando por el grátil hasta la baluma
quedando dividido este flujo de vinto por las dos caras de la vela, el lado de
barlovento y el de sotavento.
El viento corre más deprisa por la parte convexa de la vela
o parte de sotavento que por la parte cóncava o lado de barlovento.
Por lo tanto, cuanto mayor es el embolsamiento o curvatura
de una vela, mayor es la diferencia de presión y mayor es la fuerza e impulso
generado.
Cada punto de la superficie de la vela tiene presiones
diferentes, la parte más próxima al grátil es la de mayor curvatura y es por
tanto donde el aire corre con mayor velocidad y donde hay más diferencia de
presión.
Como la fuerza generada se produce perpendicular a la superficie de la
vela, la zona de mayor curvatura es la que genera la fuerza en la dirección del
avance, a medida que nos acercamos hacia la baluma o parte posterior de la
vela, la vela se va aplanando, debilitándose la fuerza y cambiando la dirección
a una energía de fuerza y dirección lateral. La parte posterior de la vela
produce una fuerza de resistencia negativa, llegando a crear una fuerza de
retroceso.
Como resultado de toda esta fuerza bélica conjunta, obtenemos una
pequeña fuerza propulsora hacia delante y un gran empuje lateral. El empuje
lateral es contrarrestado por el casco, la quilla u orza), dando como resultado
la escora de la embarcación y produciéndose un cambio de dirección hacia
sotavento conocido como abatimiento.
El principio de Bernouilli y el de la vela de los barcos es
el mismo principio que ocurre en las alas de los aviones, la velocidad del
viento corre a distinta velocidad por la cara superior e inferior del ala,
produciendo una diferencia de presión que, al pasar de una alta a una baja
presión en sentido horizontal, hace que el avión vuele.
Con un sencillo experimento podemos comprobar fácilmente el
principio de Bernouilli, poniendo una cuchara con su parte curva debajo del
chorro de agua de un grifo, observaremos como la cuchara es empujada hacia el
chorro.
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