Las Casas Colgadas

Casas Colgadas 

Las Casas Colgadas constituyen uno de los patrimonios más curiosos de la provincia de Cuenca, España. Su nombre es perfectamente descriptivo: son un montón de casas de madera cuya estructura se asoma al barranco del río Huécar, en un peligroso y aparentemente desafío a la ley de Isaac Newton que, sin embargo, ha resistido los embates del tiempo y del clima.

La primera constancia que se tiene de las Casas Colgadas data del siglo XV, y en una época todo el borde del barranco estuvo ocupado por estas construcciones. Actualmente sólo se conserva una pequeña parte de ellas, que constituyen un patrimonio único en España. Sucesivas remodelaciones han hecho posible su conservación, y se aprovecha su tirón turístico de dos maneras muy distintas:

Las llamadas Casas del Rey, dos edificios adosados, albergan el Museo de Arte Abstracto Español, que hace honor al edificio. El museo expone obras de la llamada “generación abstracta”, que desarrolló su actividad a mediados del siglo XX. Tàpies, Saura, Oteiza, Chillida, Torner o Zóbel no podían esperar mejor recompensa que ver su obra expuesta en un edificio que, aunque muy anterior al movimiento artístico que ellos representaban, es ciertamente une definición materializada del concepto “abstracto”.

Pero más curioso aún resulta lo que encontramos en la llamada Casa de la Sirena: un restaurante. El Mesón Casas Colgadas te ofrece la posibilidad de comer con vistas al precipicio; incluso, si te atreves, en el balcón. Este local, fundado por el Premio Nacional de Gastronomía Pedro Torres, fue elegido como Mejor restaurante de Castilla-La Mancha 2002.

Independientemente de que te atraiga el arte abstracto o la cocina, las Casas Colgadas merecen una visita por su arquitectura única. E igualmente, es obligado un paseo junto al río Huécar, desde donde podrás admirarlas y disfrutar de una preciosa postal de la ciudad con las montañas de fondo. En otro tiempo debió de ser aún más vistoso, con todo el barranco poblado por estas casas únicas de las que, por desgracia, hoy sólo quedan unas pocas en pie.

"Decidí crear una entrada con estas construcciones porque me llamo la atención como el barranco se une con la obra de una manera sublime, parecen un uno. Desde sus formas hasta el color de ambas. Y eso busque realizar en nuestro encargo, aunque me costó mucho encontrar esa unión, porque en mi cabeza siempre buscaba una simetría o una construcción para un ambiente plano, cuando lo que tenía era meterme en la forma del cerro y moldear mi trabajo en él".